El día 11 de julio celebramos el Día Mundial de la Población y en Proclade Bética nos hacemos eco. Fue proclamado en 1989 cuando la Tierra superaba los 5000 millones de habitantes, pero fue en 1968 cuando los líderes mundiales proclamaron que los individuos tenían el derecho humano básico de determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos.
El Día Mundial de la Población de este año ahonda en los asuntos todavía pendientes de la Conferencia Internacional de 1994 sobre la Población y el Desarrollo. Han pasado 25 años desde esa conferencia histórica, en la que 179 gobiernos reconocieron que la salud reproductiva y la igualdad de género son esenciales para lograr un desarrollo sostenible.
Que la población pueda planear sus familias implica que puedan planear su vida, vencer a la pobreza, mejorar la salud de las madres e hijos, lograr una mayor equidad de género, planear derrotar la muerte materna y sostener a la juventud.
En noviembre, el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), junto con los gobiernos de Kenia y Dinamarca, convocará una conferencia de alto nivel en Nairobi para acelerar los esfuerzos en alcanzar estos objetivos pendientes.
Uno de los objetivos del Día Mundial de la Población es realizar un llamamiento a los líderes mundiales, responsables políticos, instituciones y todos los miembros de la sociedad en sí, para que ayuden a que la salud y los derechos reproductivos sean una realidad para todos.
Algunos datos
En 2017, la población mundial era de 7.600 millones de personas. Según un informe de las Naciones Unidas en ese año, se estimaba que para el año 2030 alcanzará los 8.600 millones, que en 2050 llegará a 9.800 millones y que para 2100 será de 11.200. Estas son estimaciones de un nuevo informe de Naciones Unidas publicado en junio de 2017.
China e India siguen siendo los países más poblados, pero cerca del año 2024, India superará a China. Entre los diez países con más gente, Nigeria es el que está creciendo a una mayor velocidad.
Por otra parte, en los últimos años se destaca una reducción de los niveles de fertilidad que desaceleran el ritmo de crecimiento, pero, a su vez, generan una tendencia al envejecimiento de la población: esto tendrá un profundo impacto en las sociedades, poniendo de manifiesto presiones sobre los servicios de salud, los sistemas de pensión y protección social en muchos países. La expectativa de vida también ha aumentado, pues si entre los años 2000 a 2005 era de 65 años para los hombres y 69 para las mujeres, entre 2010 y 2015 alcanzó los 69 para los hombres y 73 para las mujeres.