Los últimos días del año son oportunos para hacer balance y reconocer desde el agradecimiento los frutos obtenidos.
2019 ha sido un año de muchas novedades. Arrancamos con un nuevo Plan de Voluntariado 2019-2023, aprobado por Junta Directiva a finales de enero y cuyo objetivo es determinar el papel de los distintos tipos de voluntariado que puede ofrecer la organización. Este plan ha sido una herramienta de referencia para organizar diferentes actividades y experiencias y quiere ser motor de renovación y fortalecimiento de las delegaciones locales. Como el propio documento recoge “el voluntariado es el corazón de Proclade Bética. Cada intervención, cada actividad, cada proyecto que desarrolla la organización tiene una intención transformadora. En las personas voluntarias se pretende acompañar un proceso de cambio personal, desencadenado por la contemplación de la realidad, que impulse a ser, junto a otros y otras, agente de la misión identificada por la organización: generar procesos de cambio en nuestra sociedad que nos lleven a mundo más justo y solidario”. En ese marco hemos celebrado este año dos Encuentros de Voluntariado, en Almendralejo y Granada, para profundizar y compartir experiencias y hemos confluido con Manos Jóvenes en Sevilla en un movimiento que esperamos se generalice en otros lugares para dar más participación e iniciativa al voluntariado joven.
La propia dirección de la organización también ha experimentado una renovación con las elecciones a Junta Directiva que se produjeron en la Asamblea General de marzo. El nuevo equipo incorpora hombres y mujeres de diferentes delegaciones con un perfil diverso y rico. En su corta trayectoria se han dado pasos importantes para reforzar la implicación de sus miembros en la vida de Proclade Bética con la creación de los grupos de trabajo de Comunicación y Plan Estratégico y con la designación de personas que acompañarán de forma más directa y cercana a las delegaciones.
Toda esta vida se moviliza y se encarna en rostros concretos y en acciones encaminadas a transformar la realidad mediante el apoyo a los proyectos de Cooperación Internacional, Acción Social y Educación para el Desarrollo. Las misiones claretianas de Zimbabue y Humahuaca han sido, un año más, la prioridad de Proclade Bética, procurando atender las necesidades de las poblaciones a las que están sirviendo misioneros de la provincia de Fátima. Otros proyectos han apoyado igualmente la labor de los claretianos en Costa de Marfil, Camerún, Uganda, República Democrática del Congo o la India. Gracias a la colaboración de diferentes donantes se han desarrollado infraestructuras comunitarias, productivas, educativas, sanitarias, etc. Por otro lado, hemos seguido trabajando en El Salvador con la Fundación Cordes para el desarrollo de iniciativas productivas y de fortalecimiento, en especial de mujeres del ámbito rural, y hemos comenzado en Ecuador con Fundación Atasim para apoyar el trabajo de pequeñas productoras de artesanía en la zona amazónica. Quisiera destacar especialmente la consolidación este año del Programa Educación Cambia Vidas que se ha consolidado este año como eje aglutinador de apoyo al derecho a la educación con 6 proyectos en 5 países, tanto en su perspectiva de cooperación como de sensibilización de nuestros entornos.
En uno de nuestros proyectos más queridos, el Hogar Lerchundi en Tánger (Marruecos), que gestiona directamente Proclade Bética, se ha producido este año el relevo de la dirección. Con mucho agradecimiento hemos despedido a María del Mar Postigo, después de 7 años de servicio a los niños y niñas y a las familias que han pasado por el Hogar, y hemos recibido a la nueva directora, Cristina Tello, una gran profesional ya conocida porque ha sido voluntaria los dos años precedentes. Al equipo se ha sumado este curso Elisa Barrero como voluntaria de larga duración. Este proyecto, que en 2020 cumplirá 25 años, sigue siendo un testimonio de compromiso y de fe desde el sencillo acompañar a los menores vulnerables y ofrecerles un espacio de hospitalidad y oportunidades.
Por último, me gustaría destacar el trabajo en el área de sensibilización y Educación para el desarrollo, en la que hemos arrancado con mucha ilusión el proyecto Si el mundo fuese un Iceberg, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), orientado a trabajar los temas de género y medio ambiente, a través de una aplicación informática que multiplica las posibilidades y enfoques en un soporte innovador y que está teniendo gran aceptación en los centros educativos y en nuestras delegaciones.
Es solo una pequeña muestra. En realidad un año de Proclade Bética constituye cada día un regalo y una oportunidad de acercarse a las personas más vulnerables, a las preferidas por el Señor. Por eso mi corazón está lleno de agradecimiento: al personal de la oficina técnica que hace tan fácil mi trabajo, a la Junta Directiva que confía y acompaña, a las personas que están al otro lado como socios locales y misioneros, ejecutando sobre el terreno proyectos que dan vida y oportunidades, a las personas donantes y entidades colaboradoras que los hacen posibles y, por supuesto, a los voluntarios y las voluntarias que con su entrega, cariño y generosidad están cambiando el mundo.
Inmaculada Mercado
Directora de Proclade Bética