Compartiendo vida y esperanza desde el voluntariado de larga duración

El Plan de Voluntariado de Proclade Bética 2019-2023 contempla y promueve experiencias de voluntariado internacional de media y larga duración, de corta duración y en las diferentes delegaciones con las que contamos.

Cuando quedan pocos días para celebrar el Día Internacional del Voluntariado (5 de diciembre), queremos hablar de las experiencias de voluntariado de media y larga duración se prolongan entre 2 meses y 2 años. El objetivo de este voluntariado es vivir una experiencia más profunda de inmersión en la realidad del país de destino y colaborar, ejerciendo funciones específicas, con las comunidades o contrapartes que desarrollan proyectos en dicho país.

Las personas que solicitan este tipo de voluntariado pueden desempeñar labores específicas en el lugar de destino por sus estudios, trabajo o capacidades. Los/las voluntarios/as que se deciden a vivir esta gran experiencia participan en proyectos o misiones que están apoyados por Proclade Bética en diferentes países del mundo.

Precisamente, queremos compartir la experiencia de Elisa Barbero, que está realizando un voluntariado de larga duración de Proclade Bética con el Programa de Voluntariado ‘Agentes Generadores de Cambio en el Planeta’:

Compartiendo vida y esperanza

Hace ya más de dos meses que llegué a Tánger y me resulta complicado resumir todo lo que estoy viviendo en esta nueva realidad para mí, la de niñas y niños en riesgo de exclusión social. Voy a intentar concretar y compartiros la vida en este proyecto en el que vivo y hago voluntariado y también la esperanza desde aquí.

Llegué a Tánger, al Hogar Padre Lerchundi, tras un proceso de formación y de discernimiento de varios meses con Proclade Bética. Desde abril llevo pensando si quería vivir una experiencia de voluntariado en un proyecto de cooperación. Al principio, trabajamos las competencias personales y el conocimiento de una misma, lo que sería un proyecto de cooperación al desarrollo y esas cosas. Más tarde comenzamos a trabajar la realidad del contexto, estudiando un poco la situación de Tánger en cuanto a punto crucial de las rutas migratorias en la Frontera Sur, la situación de la mujer migrante y la desprotección de la infancia y juventud. Viendo que quería vivir esta experiencia, trabajando la figura del voluntario, la gratuidad, la sencillez y mis inquietudes de justicia y de compartir vida, finalmente me lancé y aquí estoy.

Ahora, con un poco de perspectiva, medianamente asentada, me gustaría compartir con vosotros la realidad en la que estoy caminando y lo que está suponiendo para mí.

En definitiva, me propongo compartir un poco de vida con ustedes. Llegué muy ilusionada y con muchas ganas de conocer el Proyecto, el equipo, sus niños, sus madres. Poco a poco los he ido conociendo, traduciendo sus informes educativos, que me revelaban algunos detalles que sobre el papel se pueden plasmar. Poco a poco los he ido conociendo en el patio, en el juego, en la risa y en las pequeñas frases que en darija voy animándome a entonar. El camino al colegio con ellos es especialmente rico, pues acompañándoles voy viendo qué circunstancias rodean su experiencia educativa y qué realidad los rodea en este entorno empobrecido.

Me planteo ahí las condiciones en las que tantos niños y niñas van a la escuela en España, en Marruecos y en cada parte del mundo.

Como voluntaria del Hogar estoy teniendo diferentes tareas, como la traducción árabe-español, aprovechando mi perfil profesional como traductora; de vez en cuando doy algunos talleres, de expresión corporal hasta ahora; apoyo al centro en todo lo que se necesite y acompaño a nuestros niños y niñas al colegio cada día además de acompañar a grupos de voluntarios que vienen de España u otros lugares y que hospedamos en nuestra casa.

Hace poco me he incorporado también a las visitas a domicilio que hacen la trabajadora social y la directora del Proyecto, para conocer también la realidad de los ambientes, las condiciones de vida y las familias. Todo esto en conjunto me está ayudando a sensibilizarme con la situación de la infancia en riesgo de exclusión y con sus derechos.

Con la tarea de traducción al servicio de un proyecto de cooperación encuentro realmente el sentido completo de la traducción y es una de las cosas con las que yo soñaba hacer pero que nunca concretaba. Encuentro mucho sentido al estudio del árabe tantos años, a la implicación en voluntariados de todo tipo, al poner sensibilidad y humanizar el trabajo, a perseguir la excelencia en el trabajo de cooperación y en la traducción para lograr lo mejor, sabiendo y sintiendo que estoy haciendo un trabajo en el que creo, en el sentido de que tengo en mis manos muchas vidas y muchas historias que acompañamos cada día y por las que hay que luchar con justicia.

La realidad de la infancia y la juventud en muchos ambientes es de total desprotección y muchos de estos menores están en grave riesgo de exclusión social. En este sentido, me está tocando mucho la realidad de los niños y niñas en la calle, que están expuestos y expuestas a muchos círculos de pobreza y desprovistos de toda protección que, como niños y niñas, merecen. Como nuestro proyecto intenta prevenir este fenómeno, también estoy participando como voluntaria en el proyecto que las Misioneras de la Caridad tienen aquí en la parte antigua de la ciudad, la medina. Cada miércoles acudimos un grupo de voluntarios para un proyecto de higiene y juego que estas misioneras ponen al servicio de estos menores.

Además de esto, la realidad de nuestras madres, normalmente solteras, viudas o divorciadas, me sigue haciendo consciente del trabajo de género y de acompañamiento que podemos hacer desde nuestros círculos y nuestras vidas. Me hace consciente de lo que sigue significando ser mujer en la sociedad que sea. 

Finalmente, en medio de todo esto, surge la esperanza, mezclada entre tanto interrogante, tristeza y desconocimiento en algunos momentos aquí. La esperanza del proyecto y del caminar diario con los niños, a través del espacio seguro que es el hogar, a través del juego, el tiempo de ocio y formación con sentido, a través de la educación y del acompañamiento que hacemos desde este equipo.

Para mí es un signo diario para seguir creyendo en la transformación del mundo desde la espiritualidad cristiana y desde el trabajo comprometido.

Audio Elisa Barbero explicando su experiencia

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