Por Emilio Espín (Asociación ARTE – Coalición Nacional por la Dignidad de las personas mayores)
Gracias vuestra solidaridad, nos alegra saber que están bien aún con la crisis de la pandemia.
En El Salvador las medidas extremas tomadas por el gobierno fueron estratégicamente acertadas, aunque en lo micro también se ven errores, excesos de fuerza y felizmente también rectificaciones.
Las personas mayores rurales casi no sienten los efectos de la pandemia, quizás solo por las restricciones en la movilidad. Pero en las áreas urbanas se vive con pánico.
Por todas estas medidas del gobierno y la actitud de la mayoría de la población, en la actualidad tenemos 65 casos de contagio y 4 muertes. Pero hay casi 4.000 personas confinadas estrictamente porque presentan síntomas o han estado con quien los presenta.
Las personas mayores de las Casas de Día que ustedes han estado apoyando en estos años, están en cuarentena familiar y los que realizaban alguna actividad económica informal para sobrevivir ahora no pueden hacerla. Entre las medidas tomadas por el gobierno está la entrega de 300 $ por familia para ayudar a su supervivencia alimentaria y para el sector informal (que en El Salvador representa el 75 % de la economía). Anuncian que habrá programas de reactivación con tasas blandas, subsidio y sin tasas de interés.
Estamos tratando de que la mayoría de personas mayores puedan lograr estos fondos. Además, estamos negociando la entrega adicional de alimentos con el gobierno. También los gobiernes locales están entregando paquetes de alimentos a la población más vulnerable en general.
Desde ARTE y La Coalición Nacional por la Dignidad de las Personas Mayores, hemos creado un grupo de WhatsApp con los principales liderazgos de hombres y mujeres, donde les enviamos información de su interés sobre el coronavirus para que lo compartan con las personas cercanas, también videos sobre actividades positivas en la familia, sobre salud mental, sobre las oportunidades que pueden aprovechar y orientamos a quienes lo solicitan sobre todo ello.
Pero también estamos reflexionando acerca de que el coronavirus no solo es una crisis, es una oportunidad para cambiar nuestros hábitos, fortalecer las cosas buenas que hacíamos e incorporar las enseñanzas de la pandemia; equilibrio con la biodiversidad, sistemas de salud públicos con más recursos, pobreza y exclusión, legislación positiva por la que deberemos seguir luchando después de la pandemia con fuerza y unidad. Convertir el desastre en una oportunidad para cambiar lo que está mal.
Tenemos dificultares con la comunicación por la cuarentena domiciliar más estricta en la segunda etapa del coronavirus que ya vivimos. Tratamos de que la espiritualidad esté presente en nuestras comunicaciones. Este es un momento para la SOLIDARIDAD.
En resumen, estamos activos y con esperanza de que esto terminará y lo que vendrá será mejor con nuestra lucha de energías renovadas.
Un abrazo, mil gracias y les deseamos lo mejor, con muchas bendiciones que le pedimos a San Romero y al pronto santo padre Rutilio Grande.