2 de septiembre de 2022. El proyecto “Derecho a Soñar: impulsando conciencia crítica junto a personas migrantes para una ciudadanía global”, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) se ha estrenado en Sevilla y lo ha hecho por la puerta grande.
Vivencias Migratorias ha sido el primer programa en llevarse a cabo, entre el 7 y el 15 del mes de julio. Un año más, el Colegio Claret de Sevilla se ofreció para colaborar con Proclade Bética, acogiendo a más de veinte personas que buscaban encontrarse, escuchar y ser escuchadas. El centro fue testigo de las historias de vida de mujeres y hombres, historias de superación, de dolor, de amor y resiliencia, historias que tenían en común la migración.
El testimonio de una de sus participantes, Alba Ramírez Listan, transmite la experiencia vivida:
“Durante los días de encuentro, formación y reflexión, fuimos echando la mirada hacia atrás, buscando en nuestro pasado, vivencias y experiencias claves para contar nuestra vida, para transmitir nuestra historia. A través de diversas dinámicas en las que hicimos uso de nuestro cuerpo, de los sonidos que podíamos hacer con el mismo, los gestos, etc., Stephanie Mouton, de Hoja Blanca, que acompaña procesos para la transformación personal y colectiva a través del arte, propuso reflexionar sobre el concepto de migrar, cuestionó la complejidad de la identidad… ¿quiénes somos?, ¿nos define realmente ser migrantes?: el grupo cree que somos mucho más que eso, somos personas, valientes, mujeres, hombres, somos alegría y tristeza, somos miedo y fuerza, somos energía, luz, dignidad, indecisión, diversidad, humanidad…
Ha sido una semana de mirarnos, reconocernos, escucharnos y admirar las diversas historias y experiencias que nos componen. Una semana para darnos cuenta de que la migración es intrínseca al ser humano, y que es posible la escucha, la convivencia y la fraternidad entre personas de diferentes culturas en el momento en el que todos nos sentimos parte del mismo mundo, sin importar las fronteras.
Una semana también para sentirnos familia compartiendo los ratos de almuerzo y té; una semana para abrirnos y dejarnos SER y estar en un espacio libre de prejuicios. Un espacio en que cada asistente se sintió libre de expresar su dolor, sus sueños e historias.
El recuerdo de nuestras madres nos ha emocionado, algunos las teníamos más cerca, y todavía podemos disfrutar de ellas cada día, otros más lejos, algunos hacía semanas que no sabían nada de ellas. Madres que nos han sostenido (o todavía nos sostienen) a lo largo de nuestra vida, madres que han renunciado a sus sueños para darnos aquello que necesitábamos.
Las sillas nos acompañaron durante la última etapa, gracias a ellas pudimos representar diferentes estados de ánimo cuando migramos, pudimos reflexionar sobre lo que para cada uno significa o significó migrar.
Las sillas, como un miembro más de nuestro cuerpo nos acompañaron en la acción de calle que cerró el taller, que tuvo lugar el viernes 15 de julio en la Alameda de Hércules de Sevilla. En esta acción de calle, titulada “Vivencias migratorias: cada persona una gran historia”, se buscaba la sensibilización de los espectadores en torno a la migración a través de una representación grupal en la que, mediante la música, símbolos y figuras, se buscaba la reflexión de los espectadores previa a la entrada a la biblioteca humana. Una biblioteca en la que eran las mismas personas participantes del taller las que se convertían en libros, portadoras de sus propias experiencias y vivencias, historias únicas e irrepetibles.
La biblioteca contó con siete historias de vida: “Je veux une meilleure vie”, “El encaje de mi vida”, “Dos realidades, un mismo mundo”, “No soy perfecto, pero soy extraordinario”, “El amor de una madre no tiene barreras”, “Abdou y Alba, pescadores de sueños” y “El deseo de mi viaje”.
Tras escucharlas, las personas oyentes o, mejor dicho, lectoras (transeúntes que decidieron entrar a conocer y escuchar a nuestros libros), podían preguntar a sus protagonistas, de manera que se abriera un espacio para el diálogo en torno a las migraciones, la violencia en las fronteras, los caminos y motivos que han llevado a cambiar la residencia, y así dialogar para transformar la sociedad en la que vivimos, soñando una sociedad libre de fronteras, violencias, prejuicios, desigualdad de género, etc.
Además, durante la acción en la calle, se recogieron firmas para apoyar la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) para la regularización extraordinaria de personas extranjeras, una iniciativa apoyada por Proclade Bética, junto a más de 700 entidades y colectivos, que busca recoger 500 mil firmas para 500 mil personas esenciales: https://esenciales.info/
Éste ha sido un broche final perfecto para un proceso enriquecedor, intercultural y lleno de personas maravillosas. Gracias a todas las personas participantes y gracias a Proclade Bética por contar con nosotras.”
Alba Ramírez Listan, participante en Vivencias Migratorias
Sevilla, julio 2022