De Almendralejo a Don Benito: Endulzando la vida

Desde las primeras reuniones ya contemplamos la posibilidad de llevar a cabo la actividad del mercadillo de dulces artesanales, tal como llevan años haciéndolo tan bien los compañeros de la delegación de Almendralejo. Su valiosa experiencia, de la que nos hemos aprovechado, nos ha animado a emprender esta tarea.

A primeros de marzo fuimos concretando los detalles de logística: El P. Lorenzo, de Almendralejo colaboró en el transporte del variado surtido de dulces artesanos, envasados y embalados, listos para consumir, desde Almendralejo hasta la parroquia de San Juan, en Don Benito. Una vez allí, y habiendo previamente establecido turnos para estar en los puestos de venta, a la salida de las misas del fin de semana, comenzamos la venta el sábado 11 y domingo 12. Además de la parroquia de San Juan, el colegio Claret y la parroquia Sagrado Corazón de María de Ruecas, fueron otros lugares donde se continuó el proceso.

No contamos los innumerables tratos cerrados con familiares, amigos y demás personas cercanas y sensibles a PROCLADE y su misión, a los que literalmente, asaltábamos, sin darles posibilidad de rechazar la sustanciosa oferta de “colaborar en la construcción de una escuela y encima, llevándose unos riquísimos dulces…”. El 15 de marzo pudimos ver cumplido con alegría el objetivo que nos habíamos marcado: agotamos todos los dulces.

Lo recaudado íntegra va al proyecto de cooperción internacional:

Construcción de Aulas en la Escuela Secundaria de Pay Kongila, R. D. Congo

Gracias a tantas personas que han hecho posible esta actividad, desde las personas que han colaborado en la elaboración, envasado, empaquetado, transporte, almacenamiento, distribución, mercadillo: voluntarios de Almendralejo, Don Benito, Ruecas, párrocos, trabajadores del colegio Claret; y todos los fieles, familiares, amigos y bienhechores que han adquirido sus lotes y han contribuido a endulzar, no sólo los propios paladares, sino el alma de la sociedad, pues su colaboración nos ha dejado un buen sabor de boca, que hace crecer en nosotros la fe en que, con la ayuda de Dios, “muchas personas pequeñas, haciendo cosas pequeñas, ayudan a hacer cosas grandes”.

1 comentario en «De Almendralejo a Don Benito: Endulzando la vida»

  1. Los dulces buenísimos. Gracias a las dulceras de Almendralejo. El día de la foto, los niños que salían de misa(cerca de las 13 h), devoraban las magdalenas y los desenfados que era un gusto verlos :))

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