La Trata de Seres Humanos es un delito grave que vulnera los Derechos Humanos. Cada año existen 2,5 millones de víctimas en el mundo, aunque se calcula que sólo se identifica 1 de cada 20 personas.
No existe ningún lugar en el mundo a salvo de este crimen, ya que 142 países que representan el 94% de la población mundial están afectados por la Trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino. Los tratantes aprovechan la situación de vulnerabilidad que rodea a las víctimas para obtener un beneficio, económico o en especie, como consecuencia de la explotación ejercida.
Los traficantes todavía siguen amenazando principalmente a mujeres y niñas. La gran mayoría de las víctimas con fines de explotación sexual y el 35% de las víctimas con fines de trabajo forzoso son mujeres. Los conflictos agravan todavía más el problema, ya que los grupos armados sobreexplotan a los civiles y los traficantes aprovechan esta situación captando forzosamente a personas desplazadas huidas de dichas zonas.
A pesar de que son muchos los países que poseen leyes nacionales en la lucha contra la trata de personas, el tráfico sigue siendo una realidad. Es más, en muchos países las víctimas puede hasta llegar a ser criminalizadas mientras los traficantes quedan impunes.
La Iglesia Católica y el Papa Francisco se han movilizado en numerosas ocasiones denunciando esta realidad y pidiendo actuar a los gobiernos y a las comunidades cristianas. En el documento adjunto puedes consultar las Orientaciones Pastorales sobre Trata de Personas publicado por la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, con mensajes del Papa sobre este tema. En el Día Internacional contra la Trata de Seres Humanos, que se celebra el 30 de julio, Proclade Bética te invita a profundizar en el tema, sensibilizarte y actuar contra la nueva esclavitud del siglo XXI.