Si. Deliberadamente es un cambio en el titular del 25 Noviembre que podría ser la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Quizá así logremos que se entienda mejor. Durante esta semana, de la mano de los proyectos de Proclade Bética Si el mundo fuese un Iceberg y Agentes Generadores de Cambio, reivindicamos que las niñas y las mujeres, en cualquier país, religión o cultura… tienen derecho a vivir en paz y en libertad, desplegando todas sus capacidades, creciendo en todas sus dimensiones personales y enriqueciendo la vida social.
Numerosos datos e informes nos informan de que la violencia contra las niñas y las mujeres se ha visto agravada durante la pandemia, especialmente, las que ocurren en el interior de los hogares. Asimismo, los recortes de fondos públicos para la cooperación internacional, que ya se están produciendo, tendrán efectos negativos y supondrán retrocesos en la lucha por la igualdad y por una vida en paz y libertad para las mujeres en todo el mundo.
Estas violencias suponen un proceso de deshumanización de la mujer, de cosificación y de robo de su identidad y dignidad por parte de quien la agrede. Todo se materializa desde una posición supremacista y de poder, que está arraigada en una trasmisión histórica e interesada de roles. No olvidemos nunca que entre una mirada intimidante y una paliza hay muchos grados de violencia, pero se puede identificar fácilmente la misma premisa reprobable y perversa que niega la mayor: la igualdad.
La reflexión sobre la cooperación internacional y el concepto de desarrollo anima a Proclade Bética, junto a tantas personas y organizaciones que trabajan por la justicia, a incorporar una perspectiva de derechos humanos y de ciudadanía global en los proyectos y la acción de nuestra organización. Estamos tratando de superar enfoques asistencialistas, paternalistas y desarrollistas. Y en este camino nuestra mirada también observa las condiciones en las que vive la mitad de la humanidad: las niñas y las mujeres.
Entre los valores de Proclade Bética están la igualdad entre las personas y la denuncia de la violencia. Y estos valores exigen que adoptemos transversalmente un enfoque de género en todos nuestros proyectos y acciones, que prestemos atención a aquello que pueda generar discriminación y falta de oportunidades para las mujeres en cualquier rincón del mundo.
Con distintas acciones y proyectos, Proclade Bética se ha implicado en la prevención, denuncia y defensa de las mujeres víctimas de la violencia de género. De forma directa, con proyectos que se formularon con ese objetivo, como el de la Pastoral Social de la Parroquia de Fátima en Tarija (Bolivia), y de forma indirecta, buscando favorecer la seguridad de las mujeres en el diseño de una simple infraestructura sanitaria en la RD de Congo. Ambos proyectos, de la mano de los misioneros claretianos.
Pero además otras muchas iniciativas buscan un cambio en la mentalidad y los valores sociales que permitan una igualdad efectiva y, por tanto, impidan el mecanismo que desencadena la violencia: están en nuestro trabajo con Cordes (El Salvador), con Atasim (Ecuador), con ProcladeGua (Guatemala) y con el Programa Educación Cambia Vidas, que lucha especialmente por el derecho a la educación de niñas y jóvenes en Zimbabwe, R.D. Congo, India, Argentina y Marruecos.
La lucha contra la violencia hacia las mujeres no solo se encamina a garantizar el derecho a la paz y a la libertad. Es una forma concreta de construir una sociedad más justa e igualitaria, en la que, entre otras cosas, se reconozca y otorgue valor a todo aquello que ha sido secularmente invisibilizado o denostado y que hoy, sin embargo, se empieza a revelar como una forma esencial de afrontar nuestra supervivencia en el planeta.
(FOTO: Celebración del 25N en el municipio de El Paisnal / El Salvador)