2019 viene lleno de novedades y como queremos mostraros poco a poco las acciones que realizamos en distintos ámbitos y lugares, hemos decido dedicar cada uno de los meses que tiene el año a una temática. La de este mes de enero va dedicada a LA PAZ. Y no hay mejor manera de empezar que con la experiencia que han tenido estos días navideños un grupo de jóvenes:
Desde Proclade Bética y la Asociación Manos Jóvenes se convocó esta experiencia de voluntariado en Navidad. Queremos que el foco de nuestros voluntariados esté puesto en el encuentro, en una sociedad que quiere marcar diferencias, generar un espacio de encuentro entre personas, culturas, religiones y proyectos. Por eso, convocamos las EXPERIENCIAS DE ENCUENTRO y en este caso, ‘Navidad en Tánger’, que se desarrolló del 2 al 6 de enero, ha sido la primera de 2019.
Un grupo de 10 jóvenes, en su mayoría universitarios, decidieron pasar unas navidades diferentes junto al proyecto que Proclade Bética desarrolla en Tánger: El Hogar Lerchundi.
En el Hogar Lerchundi, los jóvenes han podido compartir en estos cinco días junto a María del Mar (directora del proyecto), Mario (cooperante) y Cristina (voluntaria) un ejemplo de vida al servicio de los demás. En él, se desarrolla un proyecto socio-educativo que atiende a 80 niños/niñas en riesgo de exclusión y a sus familias. Es muy importante evitar que los niños estén solos en la calle.
Además de apoyar este proyecto estando con los niños, también pudieron conocer otras misiones de la iglesia en Tánger, estuvieron con las misioneras de la Caridad (Las Calcutas) en su proyecto de acogida a madres solteras, y con los hermanos de la Cruz Blanca en su misión de cuidar de las personas que tienen algún tipo de diversidad funcional o discapacidad. Por si esto fuera poco, también hubo tiempo para visitar la catedral de Tánger con el obispo Santiago Agrelo, que les dio un testimonio auténtico de lo que significa “ser Iglesia y estar de lado de las víctimas de este mundo”.
Experiencia intensa
Granada tiene 18 años, estudió en el colegio Claret Sevilla y participa en la Pastoral Juvenil Vocacional (PJV) de los claretianos. Nos cuenta cómo han sido estos días:
La experiencia en Tánger ha sido corta pero intensa, llena de sentimientos y sensaciones que hacen que uno mismo se replantee muchas cosas. Cinco días con los miembros del Hogar Lerchundi, las hermanas de Calcuta, los hermanos de Cruz Blanca, con bebés, niños y personas diversidad funcional. Testimonios llenos de risas y asombros, que hacen que se te ponga la piel de gallina y se te quiten todos los prejuicios con los que podías llegar.
“Una Iglesia bonita y guapa es la de Tánger” decía el obispo del lugar , una Iglesia que pone en el centro al pobre y al más necesitado, es un lugar que te enseña la suerte que tenemos por el simple hecho de vivir unos kilómetros al norte, que lo importante es hacer que los demás estén bien, y por ello entre todos se cuidan unos de otros, sin tener en cuenta cultura, religión o color.
Esta experiencia tiene una formación previa y una posterior, para que juntos podamos reflexionar e ir decidiendo cómo queremos vivir y cómo podemos hacer de este mundo un lugar mejor para todos.