El mes de mayo es el mes para reflexionar sobre la importancia de la economía en nuestras vidas y cómo la elección de un modelo económico tiene incidencia en las relaciones sociales y en sistema mundial.
El Papa lo dice con frecuencia: no podemos permitir una economía que mata, que descarta a las personas, que perpetúa la injusticia y la desigualdad y destruye las bases físicas del planeta.
La economía basada en el consumo masivo de energía fósil, materias primas y bienes de consumo no es inevitable. De hecho, si no reaccionamos a tiempo, no sólo seguirá condenando a millones de personas a la pobreza, sino que acabará por destruir la Casa Común.
La campaña de la red de entidades Enlázate por la Justicia nos lo recuerda, “Si cuidas el Planeta, combates la pobreza”, y sintetiza que necesitamos otro tipo de relación con la naturaleza que se base en la sostenibilidad social, económica y ambiental, y que favorecerá otro tipo de relaciones con nuestros semejantes.
Hay alternativas
La economía social y solidaria se podría definir como un enfoque de la actividad económica que tiene en cuenta a las personas y el medio como referencia prioritaria por encima de otros intereses.
Es una manera de vivir que abarca la integralidad de las personas y designa la subordinación de la economía a su verdadera finalidad: proveer de manera sostenible las bases materiales para el desarrollo personal, social y ambiental del ser humano.
La referencia de la economía solidaria es cada sujeto y las comunidades creadas desde las iniciativas sociales, por lo que no se la identifica según los beneficios materiales de una iniciativa, sino que se define en función de la calidad de vida y el bienestar de sus miembros y de toda la sociedad como sistema global.
La carta de la Economía Solidaria está basada en 6 principios fundamentales: la equidad, el verdadero sentido del trabajo, la sostenibilidad ambiental, la cooperación, el fin no lucrativo en el que los beneficios se reinvierte y redistribuyen, y el compromiso con el entorno.
Ejemplo de Economía Social y Solidaria
Como ejemplo inspirador y buena práctica de Economía Social y Solidaria queremos colaborar en la difusión del proyecto Biolaverde de Cáritas Diocesana de Sevilla.
Este proyecto desarrolla una empresa de inserción laboral a través de la agricultura ecológica, y cumple la triple función de ser herramienta para la promoción laboral de personas con difícil incorporación al mercado laboral, ser una explotación agrícola sostenible y contribuir a la sensibilización sobre el consumo responsable y la alimentación saludable.
Las oficinas centrales de Proclade Bética son un punto de reparto de los productos ecológicos de Biolverde. Infórmate y hazte socio (www.bioalverde.com).